OBJECTS
OBJECTOS
YREINA CERVÁNTEZ — LA OFRENDA , 1989-1990
YREINA CERVÁNTEZ — LA OFRENDA , 1989-1990
Acrylic on cement ground.
Mural on Toluca and Second Street, Downtown Los Angeles
Photo credit: Ruben Diaz, Marialice Jacob
Acrílico sobre suelo de cemento.
Mural en Toluca y Second Street, en el centro de Los Ángeles
Crédito de foto: Ruben Diaz, Marialice Jacob
Located beneath an overpass on Second Street and Toluca in Downtown Los Angeles, Yreina Cervántez's mural La Ofrenda (1989) is dedicated to Dolores Huerta, the Chicana activist who agitated for civil liberties and farmworkers rights as a founder of the United Farmworkers Union. A prolific organizer, Huerta galvanized major labor strikes including the nationwide table grapes boycotts in the 1960s. At the same time, the mural also uses text and symbolic iconography to communicate layered meanings and political solidarity. In the artist’s own words, the mural "was specifically done in Chicana/o/x solidarity with the immigrants that were political refugees and fleeing from devastating wars going on in Central and Latin America during the 70s and 80s."
For example, "Mujer,” a poem by Sara Martinez (also known as Rossana Perez) then, a recent Salvadoran political refugee, is painted onto monumental open palms at top right. Here, the poet speaks to women's transformative agency to overcome adversity and suffering through work, collectivity, and hope. Another poem in both Spanish and English, "Vende Futuro," by Chicana poet Gloria Enedina Alvarez runs along the bottom edge of the mural atop an abstract landscape of mountains and valleys through which figures appear to cross, visualizing the trials of migration. The poem gives: "We cross "the line" between four points, common points on long paths." The bilingual statement emphasizes the border struggles of the Chicane community in the United States, particularly the challenges of geographic and cultural displacement. In this way, La Ofrenda protects the new immigrants to the city—shielding them from the lightning and helicopters which may, in turn, symbolize the potential geological threats to migrants during journeys across borders and to the government systems that surveil and persecute. To this point, the snake and lightning explicitly recollect the realities of border crossing via the desert and the violent civil wars and political regimes from which Central and Latin Americans fled at the end of the 20th century.
For Cervántez, this mural occasioned an opportunity to speak against the maltreatment of migrants from Central America—through both visual and textual material and direct community engagement. She worked with Chicane and Central American youth assistants and local graffiti artists on the project, which also served as her culminating thesis of her master's degree from UCLA. Ultimately, La Ofrenda celebrates moments of cultural unification, in which women like Huerta bridge many worlds (ancestral, spiritual, political) to assure the rights and liberties of the oppressed in the present. Huerta, smiling at the center of the mural in a red button-down shirt, is the venerated subject of this "ofrenda"— a home altarpiece typically constructed by women across Mexico on holidays such as Día de los Muertos. Customary elements of the offering displays are placed throughout the mural, such as votive candles and calla lilies. Other devotional items include an Ojo de Dios (a woven rhombus that represents the eye of God and signifies omniscient sight), while elsewhere narrative scenes show sage burning and prayer. In one vignette, a man wearing a sombrero bends over to pick corn while a nearby deity lurking among the stalks, possibly the Aztec-Mexica goddess Chicomaecoatl, is shrouded with her hands in a gesture of prayer—promising a bountiful harvest. Huerta, though best known as a labor activist, also asserted that spirituality and religious traditions were effective tools in the quest for political, economic, and racial equality. In this way, the mural aligns the achievements of the Chicano Movement, migrant rights, and labor reform with Mesoamerican rituals, artmaking, and agricultural traditions.
1989 Mural Crew Members: Claudia Escobedo, Erick "Duke" Montenegro, Vladimir Morales, Sonia Ramos.
2016 Mural Restoration Crew Members: Myisha Arellano Reba Diaz Castañeda, Omar Cruz, Erick "Duke" Montenegro, Mike Rochin, Carlos Rogel, Luis Tentindo.
Ubicado debajo de un paso elevado en 2nd Street y Toluca en el centro de la ciudad de Los Ángeles, el mural La Ofrenda (1989) realizado por Yreina Cervántez rinde homenaje a Dolores Huerta, la activista Chicana que luchó por las libertades civiles y los derechos de trabajadores agrícolas como fundadora del Sindicato Unido de Trabajadores Agrícolas (United Farmworkers Union). Huerta, una prolífica organizadora sindical, impulsó importantes huelgas laborales, incluido el histórico boicot nacional de uvas de mesa que tuvo lugar en la década de 1960. Al mismo tiempo, el mural también se encuentran textos y iconografía simbólica, para comunicar múltiples capas de significado y solidaridad política. En las palabras de la artista, el mural "fue hecho específicamente en solidaridad Chicana/o/x con los inmigrantes que eran refugiados políticos y huían de guerras devastadoras que tuvieron lugar en América Central y América Latina durante los años 70 y 80".
Por ejemplo, "Mujer", un poema escrito por Sara Martínez (también conocida como Rosanna Perez), entonces una refugiada política salvadoreña reciente, está pintado sobre unas monumentales palmas abiertas en la parte superior derecha del mural. En él, la poeta habla de la agencia transformadora de las mujeres para sobrepasar las adversidades y el sufrimiento a través del trabajo, la colectividad y la esperanza. Otro poema llamado "Vende Futuro", escrito por la poeta Chicana Gloria Enedina Álvarez, aparece tanto en español como en inglés, recorriendo el borde inferior del mural sobre un paisaje abstracto de montañas y valles a través del cual figuras parecen cruzar, visualizando los desafíos de la migración a píe. El poema dice: "Cruzamos "la línea" entre las cuatro direcciones, puntos comunes en caminatas largas". Esta declaración bilingüe enfatiza las luchas relacionadas con la frontera por parte de la comunidad Chicane en los Estados Unidos, particularmente los desafíos relacionados con el desplazamiento geográfico y cultural. De esta manera, La Ofrenda busca proteger a los nuevos inmigrantes de la ciudad—escudándolos de los rayos y helicópteros que, a su vez, simbolizan las potenciales amenazas geológicas a los migrantes mientras viajan a través de las fronteras, así como los sistemas gubernamentales que les vigilan y persiguen. En este sentido, la serpiente y el relámpago rememoran explícitamente las realidades del cruce por la frontera a través del desierto y las violentas guerras civiles y regimens politicos de los que huyeron los centroamericanos.y latinoamericanos a finales del siglo XX.
Para Cervántez, este mural brindó la oportunidad para señalar el maltrato contra los migrantes de Centroamérica—a través de material visual y textual, así como por medio de la participación comunitaria directa. Ella trabajó con asistentes juveniles Chicanxs y centroamericanos, así como también con grafiteros locales para el desarrollo del proyecto, el cual también sirvió como su tesis para completar su programa de maestría en UCLA. En última instancia, La Ofrenda celebra momentos de unificación cultural, en los que mujeres como Huerta conectan diferentes mundos (ancestral, espiritual, político) para asegurar los derechos y libertades de los oprimidos en el presente. Sonriendo desde el centro del mural con una camisa roja de botones, Huerta es el sujeto de veneración de esta “ofrenda”—un retablo hecho en casa, y tradicionalmente construido por mujeres de todo México en días festivos como es el caso del Día de los Muertos. Algunos de los elementos habituales dentro de las ofrendas están presentes en el mural, como velas votivas y flores de cartuchos. Otros artículos devocionales incluyen el Ojo de Dios (un rombo tejido que representa la mirada omnisciente de Dios), mientras que en otra de las escenas narrativas se muestra el ritual de quema de salvia acompañado de oración. En otra de las viñetas, vemos a un hombre con sombrero que se inclina para recoger maíz mientras una deidad se acerca desde los tallos, posiblemente se trate de la diosa Ázteca-Mexica Chicomaecoatl, quien junta sus manos en un gesto de oración, prometiendo una cosecha abundante. Huerta, aunque fue más conocida como una activista sindical, también afirmó que la espiritualidad y las tradiciones religiosas eran herramientas eficaces en la búsqueda de igualdad política, económica y racial. De esta manera, el mural junta los logros del Movimiento Chicano, la reforma laboral, y los derechos de los inmigrantes con los rituales, la creación artística y las tradiciones agrícolas de las comunidades mesoamericanas.
1989 miembros del equipo mural: Claudia Escobedo, Erick "Duke" Montenegro, Vladimir Morales, Sonia Ramos.
2016 miembros del equipo de restauración del mural: Myisha Arellano Reba Diaz Castañeda, Omar Cruz, Erick "Duke" Montenegro, Mike Rochin, Carlos Rogel, Luis Tentindo.
+