OBJECTS
OBJECTOS
BARBARA CARRASCO — L.A. HISTORY: A MEXICAN PERSPECTIVE , 1981
BARBARA CARRASCO — L.A. HISTORY: A MEXICAN PERSPECTIVE (LA HISTORIA DE L.A.: UNA PERSPECTIVA MEXICANA) , 1981
Portable mural, 43 Masonite-and-wood panels.
Photo credit: LA Plaza de Cultura y Artes
Mural móvil, 43 páneles de madera y masonita.
Cortesía del artista y del Museo de Historia Natural en Los Ángeles
A sweeping network of vignettes are set into the flowing hair of La Reina de Los Ángeles (the Princess of Los Angeles) in Barbara
Carrasco's multi-part mural, L.A. History: A Mexican Perspective (1981). Centering the contributions of Mexican migrants and their descendants,
as well as indigenous peoples who lived in the region before Spanish colonial
settlement in the 1700s, Carrasco unites together wide-ranging fields like
agriculture, local politics, and the Hollywood film industry. Moreover, as the
scenes narrate crucial events of the formation of Los Angeles, the mural
constellates an intersectional history that pushes against the city's
policies
and practices that attempted to segregate racial minorities both geographically
and
culturally. By visualizing the city's diverse population, Carrasco reminds
of
the simultaneous survival, victories, and struggles of these communities.
Arranged chronologically from left to right, the mural starts with the
region's
pre-settlement history and culminates with political activism agitating for
labor
and housing equality in the present. Now on permanent display at the Natural
History
Museum of Los Angeles, where the artist conducted the bulk of the research for
the
mural, it was initially censored. When Carrasco refused to remove the fourteen
scenes deemed too controversial for public display by the commissioning
organization, the Community Redevelopment Agency, it was disassembled and put
into
storage. One compartment even chronicles the similar whitewashing of the Mexican
muralist David Alfaro Siqueiros's mural América Tropical (1932), made for an outdoor market in Downtown Los Angeles, due to its overt critique of
American
imperialism—an earlier instance in which those in positions of power
attempted
to erase a public work contending with race, coloniality, and a Chicane
imaginary.
This mural's censored panels documented the Chicano Movement, as well as
brutalities that impacted other ethnic groups like the 1871 massacre of
twenty-two
Chinese men and the Japanese American internment during World War II. One panel
commemorates the triumphs of the Black community by giving a portrait of Bridget
"Biddy" Mason, a freed slave who eventually became a nurse and founder
of
Los Angeles's First African Methodist Episcopal Church. Throughout, Carrasco
considers housing, homebuilding, and the built environment as part of the
city's
history. For instance, one scene spotlights an indigenous domicile made of
willow
branches and tule (a durable grass) and depicts a worker gathering these natural
resources. The artist also considers the ways that the physical landscape is
often
the source and site of oppression as another scene devises a visual metaphor for
the
practice of eminent domain, which claims private property for public use and
frequently services segregation. Yet another depicts the transcontinental
railroads
rapidly built in the nineteenth century and enabled by the exploitation of
Chinese
laborers. Carrasco undertook extensive research into this under examined racial
atrocity, looking through the archives of the Chinese Historical Society for
letters
and documents that shed light on these events.
As the mural progresses, community gathering spaces like churches and markets,
and
eventually skyscrapers, provide possible stability amid episodes of racial
strife,
as if to remind that shared spaces allow for communion and relationality. The
project itself is one of collaboration: Carrasco employed seventeen students
from
the Summer Youth Employment Program to assist with the mural. In a display of
gratitude, she included their portraits. A final ensemble also portrays
celebrities,
politicians, and "community members"—including portraits of Yreina
Cervántez and Harry Gamboa Jr, two other artists in this exhibition.
Una red de viñetas aparece distribuida en el cabello flotante de La Reina de Los
Ángeles en el mural de múltiples paneles realizado por Barbara Carrasco, llamado L.A. History: A Mexican Perspective (La historia de L.A.: Una perspectiva
mexicana) (1981). Enfocándose en las contribuciones de inmigrantes
mexicanos y sus descendientes, así como de los pueblos Indígenas que vivieron en
la
región antes del asentamiento colonial español en el siglo XVIII, Carrasco
representa en el mural diversos campos temáticos como la agricultura, la
política
local y la industria cinematográfica de Hollywood. Además, a medida que las
escenas
narran eventos cruciales en el desarrollo de Los Ángeles, el mural entreteje una
historia interseccional que sirve como contra narrativa a políticas y prácticas
de
la ciudad que buscaron segregar minorías raciales, tanto geográfica como
culturalmente. Al visualizar la población diversa presente en la ciudad,
Carrasco
hace recordar de manera simultánea la supervivencia, las victorias y las luchas
de
estas comunidades.
Organizado cronológicamente de izquierda a derecha, el mural comienza con la
historia anterior a los primeros asentamientos en la región y culmina con el
activismo político que en la presente lucha por la igualdad laboral y de
vivienda.
El mural, que ahora se encuentra en exhibición permanente en el Museo de
Historia
Natural de Los Ángeles, donde el artista realizó la mayor parte de la
investigación,
fue inicialmente censurado. Cuando Carrasco se negó a retirar catorce paneles
con
escenas consideradas controversiales por la organización encargada, la Agencia
de
Reurbanización Comunitaria, la obra fue desensamblada y guardada en el depósito.
Un
compartimento de hecho presenta una censura similar que recibió el mural América
Tropical (1932), realizado por el muralista mexicano David Alfaro
Siqueiros
para un mercado al aire libre en el centro de Los Ángeles, debido a su abierta
crítica al imperialismo de Estados Unidos—un ejemplo anterior del abuso de
aquellos
en posiciones de poder que buscaron borrar una obra pública que cuestiona temas
de
raza, colonialismo y el imaginario Chicane.
Los paneles censurados en este mural documentan el Movimiento Chicano, así como
las
brutalidades que afectaron a otros grupos étnicos, como el caso de la masacre de
veintidós personas de China en 1871 y los campos de internamiento de japoneses
estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Un panel conmemora los
triunfos
de la comunidad Afro-estadounidense a través de un retrato de Bridget “Biddy”
Mason,
una mujer esclava liberada, quien se convirtió en enfermera y fundó la Primera
Iglesia Episcopal Metodista Africana en Los Ángeles. En cada panel del mural,
Carrasco considera los hogares, la construcción de viviendas y el entorno
construido
como partes fundamentales de la historia de la ciudad. Por ejemplo, una escena
destaca un domicilio indígena hecho de ramas de sauce y junco (una hierba
duradera)
y representa a un trabajador recolectando estos recursos naturales. La artista
también considera formas en que el paisaje físico ha sido usado como fuente y
lugar
de opresión. En este sentido, otra escena funciona como una metáfora visual de
la
práctica de expropiación, que reclama propiedad privada para uso público y, con
frecuencia, refuerza la segregación. Incluso, otro más describe los
ferrocarriles
transcontinentales construidos en el siglo XIX y habilitados gracias a la
explotación de los trabajadores de China. Carrasco emprendió una extensa
investigación sobre esta atrocidad racial poco examinada, buscando cartas y
documentos en los archivos de la Sociedad Histórica de China, los cuales
arrojaron
luz sobre estos eventos.
A medida que la historia avanza en el mural, los espacios de reunión comunitaria
como iglesias y mercados, así como eventualmente los rascacielos, brindan una
posible estabilidad en medio de episodios de conflicto racial, que hacen
recordar
que los espacios compartidos permiten comunión y sociabilidad. El proyecto en sí
resultó en un proceso de colaboración: Carrasco empleó a diecisiete estudiantes
del
Programa de Empleo Juvenil de Verano (Summer Youth Employment Program) para
ayudar con el desarrollo del mural. En muestra de agradecimiento, la artista
incluyó
sus retratos. Un conjunto final también retrata a celebridades, políticos y
otros
“miembros de la comunidad”, incluidos los retratos de Yreina Cervántez y Harry
Gamboa Jr., que son otros dos artistas de esta exposición.
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